El ardid de Habaki hace que Manji termine atrapado en un calabozo. Habaki usa a un doctor, Burando Ayame, para intentar resolver el misterio de la inmortalidad. Por el bien del avance de la medicina, Burando hunde un bisturí en el cuerpo de Manji. Mientras tanto, esperando el regreso de Manji, Rin se ve en una extraña cohabitación con Doua e Isaku, quienes habían estado buscando un lugar donde quedarse.